Cuento Imaginario: Dialogando com mi Nieta Antonella

Una mañana del 9 de junio del año 2050, mi querida nieta Antonella ya con 40 años de edad me escribía imaginariamente para contarme todos los cambios que han ocurrido desde aquel año 2010, donde nos sentábamos a debatir que seria del futuro.
Ya con un nuevo estado civil vivo con mi esposo, con dos encantadores niños en una casa maravillosa, automatizada e informatizada, en la que cada función que desempeñamos mi esposo, los niños y yo son asistidas por ordenadores, robots y sensores, e incluso pueden ser comandadas “a distancia” (por ejemplo, encendiendo el horno o la climatización desde el coche, mientras nos dirigimos a nuestro hogar).
Hablando del coche tenemos uno que lleva dos pasajeros permanentes aunque invisibles: el ordenador y el sistema electrónico, que dirigen todos los sistemas del vehículo, como el control de frenado, el diagnóstico de averías o la inyección y la potencia del motor, y dispositivos nuevos como los detectores de distracciones, somnolencia o errores de conducción en el conductor, conectados al circuito de frenado automático, además cuenta con la conducción asistida por sistemas de navegación vía satélite (que indican en una pantalla a bordo del vehículo el mejor camino para llegar a destino, así como la posición del coche y los atascos), y automatizada (por medio de un ordenador central que guía a los vehículos mediante imágenes insertados en el asfalto.
Han diseñado redes de túneles submarinos conectados con la superficie que aceleran el transporte, edificios de un kilómetro de altura interconectados a distintos niveles, y grandes urbes flotantes e islas artificiales formadas por módulos ensamblados.
El transporte aéreo, la navegación de las aeronaves es automatizada e informatizada, por lo tanto en los aeropuertos ya no existen esas caóticas gestiones que se debían hacer en el pasado. También se acorto la duración de los vuelos gracias a nuevos sistemas de propulsión y se aumento espectacularmente la seguridad aérea.
Los aviones, tienen una capacidad de transportar a más de 700 pasajeros cada uno, como los barcos de carga.
Hemos estado en “ciudades de asombro” seguras, gracias a los avances técnicos e inversiones que permitieron predecir con precisión la magnitud, localización y el momento en que se produzcan los terremotos, salvando la vida a millares de personas.
Bueno en otra oportunidad te seguiré contando de todos estos maravillosos cambios, que hemos experimentado, aunque los estés viendo en donde quiera que estés.